La XIPAMIDA es un diurético. En España su nombre comercial es DIUREX. Incluida en el apartado S5 de las sustancias y métodos prohibidos (diuréticos y otros agentes enmascarantes).
Los diuréticos son fármacos que estimulan la excreción de agua y electrolitos por los riñones, pero no actúan directamente sobre el agua, sino a través del sodio (diuréticos natriuréticos) o de la osmolaridad (diuréticos osmóticos).
Tienen un amplio espectro de indicaciones en Medicina, y por ello son de los grupos farmacológicos más ampliamemnte utilizados en la práctica clínica habitual. Esto es debido a la variedad de síndromes clínicos que conllevan retención hídrica, a la gran eficacia terapeútica, y a que poseen acciones de distinta índole, independientes de su accíón como diuréticos, como el efecto hipotensor.
Su indicación principal la constituyen los estados edematosos (edemas de origen cardíaco, hepático, renal y de la insuficiencia venosa); y por su acción sobre los electrolitos, también en situaciones sin edema en las que existe una alteración de la homeostasis hidroelectrolítica y del equilibrio ácido-base. Además son empleados en una patología tan frecuente como la hipertensión, aunque en los últimos años, por sus efectos secundarios, se ha limitado considerablemente su prescripción como opción inicial de tratamiento, aunque son probablemente los fármacos hipertensivos de mayor utilidad por su bajo coste y fácil manejo.
La XIPAMIDA pertenece al grupo de la tiazidas y sus derivados (benzotiadiazinas), clasificados como diuréticos de eficacia mediana. Es un diurético poco potente (de bajo techo), que solo se puede administrar por vía oral. Su acción se localiza principalmente en el primer segmento del túbulo contorneado distal.
Se absorbe rapidamente por el tracto digestivo , comenzando sus efectos en 1-2 horas y duran 12-20 horas. Su semivida de eliminación es de unas 7 horas. Se elimina principalmente por la orina y casi de forma inalterada (88%); en situaciones de patología renal también se excreta por la bilis.
Provoca una moderada eliminación de sodio, cloro y agua. Además disminuye la excreción renal de calcio y aumenta la de magnesio.
Una característica a tener en cuenta es que aumenta mucho la eliminación urinaria de potasio y también ligeramente la de bicarbonato, que además de poder originar una hipopotasemia, fácil de corregir con suplementos, puede dar lugar a una ALCALINIZACION DE LA ORINA.
La principal vía de eliminación de los fármacos y sus metabolitos es la orina, y se ve afectada por los cambios del pH urinario: acidificación o alcalinización.
La DIURESIS ALCALINA FORZADA es un tratamiento utilizado para aumentar la eliminación de un tóxico o un fármaco. Se hace utilizando un diurético (en clínica no es la xipamida) y una infusión intravenosa de bicarbonato sódico. Aplicable en intoxicaciones por ácidos débiles, acetilsalicílico, barbitúricos, antidepresivos, plaguicidas organofosforados, etc.
Se realiza también como tratamiento de la Rabdomiolisis grave, puesto que facilita la eliminación de la mioglobina.
Es aplicable a sustancias que se excreten por la orina de forma inalterada o como metabolitos, que tengan un Vd (volumen de distribución) inferior a 1 l/kg, con baja unión a proteínas plasmáticas, y que tengan un pKa que permita por modificación del pH urinario utilizar el concepto de "trampa iónica alcalina".
Después de una diuresis alcalina, pueden ser difícil o a veces imposible detectar en orina sustancias o fármacos que posean estas características.
La diuresis alcalina forzada de corta duración (unas horas) no significa ningún riesgo en personas sanas, teniendo en cuenta además la facilidad de suplementar con potasio la hipopotasemia.
